Según
La idea de este blog y de este nombre es compartir sobres antes cerrados, aunque no sellados por ningún motivo, con mensajes en verso, en fotos y en reflexiones. Y, ojalá, comentarios.
Según
La idea de este blog y de este nombre es compartir sobres antes cerrados, aunque no sellados por ningún motivo, con mensajes en verso, en fotos y en reflexiones. Y, ojalá, comentarios.
Nadie en la calle.
Perros.
Seguidilla de dientes
y mangueras.
Ficción de barrio,
vida puertas adentro.
Diente y rejas.
En un día como hoy
un simplemente 30 de noviembre
agradezco a la señora Carmen
que me hizo una reineta
a la parrilla
y me habló de su madre
y su hermana mayor,
muertas las dos,
queridas,
en ese
o algún otro rincón
de Cartagena.
Agradezco a don Pedro,
fino y sabihondo
guía voluntario,
un igual
en su historia
y sus quehaceres,
un amigo quisiera
para otros recorridos.
Agradezco al azar
que me llevó a la roca
a la hora justa,
al retumbe del mar,
a la amplitud
ondeada
del poniente.
Agradezco al que dejó
(no sé quién todavía)
tajadas de limón
en un pocillo de agua;
un vaso,
las sábanas,
como en tiempos más lentos,
abiertas y dobladas.
Y le agradezco al grillo
que, anónimo de anónimos,
hasta podría decirse
que me canta.
Hoy es el día
después de la muerte
de Pinochet.
Y no sirve de nada.
Nadie toca bocinas.
Nada cae.
Y los pájaros cantan.
Antes de cometer
una obra de arte
habría que abstenerse
y escucharla.
No me compro zapatos,
desordeno.
Se apilan los papeles
algo se enrosca
que nunca se enroscaba.
Se me juntan, sin fecha,
los pendientes.
Todo se descoloca
y yo lo dejo.
No me compro zapatos
me quedo con lo puesto;
me muevo apenas
y apenas me detengo
atenta solamente
al desgarro que avanza
tan temido.
Ese dios que se escapa
ha de tener,
entre todas las otras
también esta,
mi cara.